Pero ¿a qué nos referimos con habilidad? Proviene del término latino “habilitas” y hace referencia a las destrezas o facilidades para desarrollarse en alguna actividad.
En la RAE, “habilidad” se define como “la capacidad y disposición para algo, la gracia y destreza en ejecutar algo que sirve de adorno a la persona como bailar, montar a caballo, etc… o cada una de las cosas que una persona ejecuta con gracia y destreza”.
Y a partir de aquí, si buscamos información relativa a habilidades personales, podemos encontrar una lista infinita de clasificaciones y recomendaciones relativas a las habilidades imprescindibles para diferentes áreas.
Por poner unos ejemplos, universia habla de 16 habilidades, divididas en 3 grupos: habilidades básicas, competencias y cualidades del carácter.
La prensa generalista y especializada, parece que también ha encontrado un mercado ávido de recetas y soluciones y han proliferado las secciones y columnas firmadas por personas experimentadas en la materia, donde aportan propuestas de habilidades para diferentes situaciones en lo profesional, personal, académico, etc… entre las propuestas, una de “El Confidencial“.
No está mal, como punto de partida, pero me gustaría anotar que, en el proceso de desarrollo de habilidades, las capacidades son el primer estadio. Serían aquellas potencialidades innatas, que llegan ya instaladas en cada persona, siendo ésta, consciente o no de su existencia.
Muchas veces esas capacidades, o algunas de ellas, quedan ocultas, debido a los miedos, las creencias, los juicios externos o internos, la famosa zona de confort en la que muchas veces nos apalancamos bien por comodidad o por los anteriormente mencionados miedos y creencias.
Afortunadamente, muchas de esas capacidades se hacen conscientes, son potenciadas hasta convertirlas en habilidades personales. La toma de conciencia puede llegar de forma natural y que con sólo pararnos a observar (nos) identificamos aquellas áreas a desarrollar. Para que las condiciones de seguridad y apoyo se produzcan, tienen un papel fundamental tanto la sociedad como la educación actual, que está más atenta a identificar las capacidades y potenciarlas para convertirlas en habilidades personales. Aceptar lo diferente, el valor de lo poco estándar, indagar en lo distinto, salir de la homogeneización.
La segunda herramienta de desarrollo de habilidades personales, se basa en el diagrama de aprendizaje, donde vemos el proceso de aprendizaje en 4 etapas, desde las Incompetencias Inconscientes (podríamos asociarlo a las capacidades o potencialidades aún por descubrir), las Incompetencias Conscientes, en referencia a las capacidades que aún no se han trabajado, pero que ya hemos detectado, hasta llegar a convertirlas en Competencias Conscientes (que podríamos traducir como habilidades). En este punto, debemos poner toda nuestra atención y energía consciente en su ejecución y con el entrenamiento, llegar a la maestría o Competencia Inconsciente. Es aquí cuando la competencia se ha integrado en nuestra conducta y se activa de manera inconsciente.
IDURRE ALBIZU – Akorde