En la escuela del siglo pasado las bolas del mundo y las enciclopedias eran materiales comunes junto a tinteros y pizarras. De aquellas aulas de paredes desnudas y bancos corridos se pasó a unos espacios más amables, pupitres individuales y sillas confortables tomaban el relevo para garantizar un mayor confort y bienestar del alumnado. La decoración de las aulas cobraba cada vez más importancia, dotando gran protagonismo al alumnado que embellecía las paredes con sus trabajos de arte. Hoy día, la transformación continúa y predominan los espacios cada vez más amplios y flexibles.
La escuela ya no es un lugar o un tiempo en la vida de una persona
El espacio, los muebles, los objetos, la luz, … forman actitudes; así lo creen Lourdes Bazarra y Olga Casanova, especialistas en innovación metodológica, habituales colaboradoras de Kristau Eskola y cofundadoras de ARCIX Formación. Comentan Bazarra y Casanova que “el colegio lleno de aulas separadas ha muerto. Vamos a espacios abiertos, muy flexibles, que permiten tener un aprendizaje individual, pero también en equipo, experiencial… donde el colegio pasa a ser una de las sedes del aprendizaje. La transformación afecta a todos los espacios de aprendizaje, no solo a las aulas, también a los pasillos, las escaleras, los patios… Los colegios deberían ser los sitios más bonitos del mundo, donde el alumnado se sintiera seguro, en un entorno atractivo y lleno de posibilidades para que pueda aprender y desarrollarse como una persona íntegra”.
Aprendizaje continuo
Vivimos en un mundo VUCA: abundante, veloz, incierto y frágil. Nuestro mundo se ve afectado por la globalización, la digitalización, la diversidad, donde todo cambia y nada permanece. La frontera entre el hogar y la escuela se está desdibujando y el aprendizaje no se restringe a unas horas y a unos lugares concretos. En este nuevo escenario, el aprendizaje se desarrolla a lo largo de toda la vida del alumnado y no se limita sólo a la etapa formativa.
Redes de aprendizaje colaborativo
En este contexto, el Profesor Sugata Mitra de la School of Educación de la Universidad de Newcastle del Reino Unido, señala que “las escuelas se convertirán en redes donde el alumnado interactuará entre sí y con el profesorado, de forma que se produzca un aprendizaje colaborativo, trabajando sin prácticamente asignaturas de forma globalizada. Aprendemos más y mejor en interacción y cooperación social porque el cerebro está diseñado para vivir y convivir en sociedad”.
Itinerarios personalizados y diferentes formas de aprender
La neuroeducación, una ciencia emergente hoy día, nos ofrece la posibilidad de entender cómo aprende el cerebro y, por ende, a poder personalizar diferentes itinerarios de aprendizaje en función del cada alumno y alumna con el objetivo de crear escuelas más inclusivas. Se trata de trabajar todas y cada una de las habilidades con el alumnado de manera diferente y personalizada, y no solo de potenciar aquellas en las que puedan ser mejores.
Este paradigma de las habilidades exige, por tanto, una diversidad de estrategias y metodologías que nos garanticen que estamos trabajando no solo los componentes conceptuales, sino también los componentes procedimentales y actitudinales de toda acción. Aprender de formas distintas, no todos con el mismo material, las mismas experiencias y en el mismo momento y lugar, con itinerarios personalizados, pero con un currículo compartido. Y en este proceso de diversificación metodológica y flexibilidad pedagógica cobran especial relevancia tanto el centro, por su proyecto educativo, como la figura del docente.
El nuevo rol de los educadores
Su labor será guiar al alumnado por su propia vía de conocimiento. Serán facilitadores y orientadores, no tanto transmisores del saber. Hasta hace muy poco, eran la única fuente de información disponible, pero internet lo ha acaparado todo y el alumnado puede encontrar en la Red buena parte de lo que se explica en el aula. Dicen algunos expertos en materia educativa que los contenidos online serán la principal fuente de conocimiento en 2030, incluso por encima del colegio (29%), del entorno del alumnado (13%), o de las instituciones culturales (3%). Una de estas voces expertas es Ismael Sanz, Doctor en Economía y Director General de Innovación, Becas y Ayudas de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, quien dice que “el papel de los profesores va a ser aún más relevante. Van a tener que enseñar al alumnado que hay que ser muy críticos con la información, que no todo lo que encuentran en internet es correcto, y que deben seleccionar y acudir a las fuentes más fiables”.
Nuevas competencias del siglo XXI – Aprender a Aprender
En este nuevo contexto, alumnado, familias y educadores comparten una visión de la educación integral y de las competencias necesarias en el siglo XXI, compartiendo espacios de trabajo. Nuestra sociedad nunca deja de cambiar y nunca dejamos de aprender. En el futuro será más necesario que nunca desarrollar la capacidad de aprender, de Aprender a Aprender. Pero nueva competencia de aprender no sólo tiene que ver con adquirir conocimientos, unos contenidos concretos, sino también con una actitudes y creencias ante la vida, una educación emocional y en valores, una educación integral de la persona. Una educación que abarca a toda la persona, en todas sus dimensiones, respetándola y cuidándola como persona única e irrepetible que es.
Educación integral – Aprender a Vivir
Estamos a las puertas de una nueva era cognitiva basada en un nuevo modo de conectar el conocimiento humano y el aprendizaje de las máquinas. Ahora, más que nunca, es importante la dimensión humana en la educación.
La misión de acompañar a la construcción de ser personas llenas de humanidad, abiertas a la transcendencia, y hacerlo de manera pedagógica actualizada es intrínseco a Kristau Eskola, está en su ADN. Creemos que nuestra misión es ayudar al alumnado a desarrollar, también, la competencia de “Aprender a Vivir”. El papel de los centros y de los educadores será de acompañamiento para que puedan afrontar ese proceso de “Ser”.
La red Kristau Eskola: plural, integradora, inclusiva y euskaldun
Atendemos la diversidad de manera inclusiva, conformando comunidades plurilingües en donde el euskera es la lengua vehicular para el aprendizaje de diferentes materias. Apostamos por una combinación tecno-pedagógica innovadora e intentamos, en la medida de lo posible, evitar la brecha digital. La persona es el eje de nuestros proyectos y es por ello por lo que le damos mucha importancia a la gestión y bienestar emocional de nuestro alumnado y profesorado.
Con todo, lo más importante para Kristau Eskola es seguir ofreciendo una buena educación a las familias que opten por su modelo y aportar, de ese modo, su granito de arena al conjunto de la sociedad.
Ahora y en el futuro, educación de valor y en valores.
Kristau Eskola NEXT.
Autora: Arantxa Arostegi, responsable de formación de Kristau Eskola