Hasta hace poco más de un año, no tenía apenas experiencia con ordenadores, en parte porque no tenía interés, pero también porque mis padres no me dejaban usar dispositivos. A partir del confinamiento, comencé a utilizar el ordenador como una herramienta de trabajo: presentaciones de PowerPoint, tareas de Classroom, trabajos Word on-line, conexiones vía ZOOM, etc…
No fue hasta 6º de primaria cuando descubrí la asignatura de STEAM. Los primeros proyectos de STEAM consistían en crear historias con sus personajes, movimientos y sonidos, usando el programa Scratch. A mí, personalmente, me parecía muy divertido.
Qué es lo que me gusta de STEAM
En vez de que alguien te dé las instrucciones paso a paso, tú mismo vas descubriendo los bloques y su funcionamiento. El programa Scratch te permite recrear todo lo que tienes en tu cabeza y ver, a término del proceso, el resultado en tu pantalla. Eso te hace sentir bien, importante.
Otra de las cosas que me gusta de STEAM es que me permite avanzar en aprendizaje programático, y ello, a su vez, me posibilita programar videojuegos – tan populares entre la gente de mi edad-. No solo descubrimos la forma en la que crear los videojuegos, sino que después nos entretenemos jugando también con ellos. Aprender se convierte en algo divertido.
Pero, por encima de todo, lo que más ilusión me hace es saber que lo que estás haciendo puede llegar a tener uso práctico y real algún día. Por ejemplo, en nuestro caso, hemos realizado varios proyectos de ciencias. Hay uno en especial, sobre alimentación y reciclaje, que nos ha llevado a darnos cuenta de que la comida que traemos al cole para el hamaiketako no es muy saludable, y que los envoltorios que utilizamos tampoco son respetuosos con el medio ambiente. Gracias a este proyecto de ciencias muchos de mis compañeros y compañeras hemos cambiado a hábitos más saludables y hemos llegado a la siguiente reflexión: cuanta más gente use este programa, creado por nosotros mismos, más gente se concienciará de la importancia de comer sano y de cuidar del medioambiente. Nuestro trabajo puede ayudar a crear un mundo mejor y más saludable para todos.
Qué he aprendido
Con STEAM he aprendido tecnología, matemáticas y ciencias…, pero, sobre todo, he aprendido a CREAR. Me gustaría que STEAM se convirtiera en asignatura. Está claro que aprender la teoría de mano de un profesor es muy valioso, sobre todo si el profesor es bueno, pero realizar este tipo de proyectos resulta mucho más dinámico y motivador.
Gracias a STEAM aprendemos desde nuestra propia experiencia, ponemos en práctica lo que nos han enseñado o hemos investigado, encontramos nuestros errores, y tratamos de resolverlos nosotros mismos. Aprendemos divirtiéndonos.
Autora: Sofía Vázquez Lorenzo, alumna de 1º ESO. Colegio Urdaneta Ikastetxea.