El primer año que fui tutor, me estrené con un grupo de 3º de ESO en la extinta Diversificación Curricular. No olvidaré a aquel grupo de doce chavales. Son de sobra sabidas las dificultades de comportamiento que suelen tener ese tipo de grupos. Recuerdo que apenas llevaba dos meses con ellos cuando la desesperación me invadía a diario. Un compañero, que ha terminado siendo amigo, me hizo entonces un regalo que me ha acompañado cada año. “Ningún mar en calma hizo experto al marinero”, me dijo. Cambió entonces mi manera de ver las cosas. Sé que sonará a frase simplista, pero prometo que fue tal y como os lo cuento.
Desde aquel curso 2010-2011, no he dejado de ser tutor ningún curso de los que he ejercido la docencia. La experiencia más dura, y a la vez más gratificante.
La labor tutorial se basa en acompañar cada año a unas cuantas personas poniéndome a su lado para que ellos crezcan y, al mismo tiempo, me conviertan en un marinero experto.
El pasado jueves 4 de febrero tuve la suerte de poder participar en las jornadas #AukeraTopaketa21, en modalidad virtual, organizadas por Kristau Eskola y aportar mi granito de arena para facilitar la labor tutorial a través de las TIC. Mostré entonces qué necesidades encuentro yo como tutor (comunicación, interacción, cercanía con los alumnos y tiempo) y aporté algunas ideas para poder satisfacerlas a través de las TIC en un curso en el que, por si fueran pocas las dificultades, hemos añadido a la labor tutorial un elemento de semipresencialidad o, cuando menos, distanciamiento con algunos de los alumnos.
Las herramientas no son el último descubrimiento, se trata de cosas sencillas tales como generar un tablón de anuncios virtual y compartirlo con alumnos y familias a través de un código QR, buscar la relación de un proyecto tutorial con las asignaturas para conocer mejor los intereses de los alumnos, utilizar el vídeo para que podamos expresarnos etc. Lo importante, o al menos ese fue el objetivo de mi intervención, es que, como tutores, al igual que como docentes, reflexionemos sobre cuáles son nuestros objetivos y de ahí desgranemos nuestras necesidades. Una vez sepamos los para qués de nuestra intervención, busquemos la manera de llevarlas a cabo con lo que tengamos a nuestro alcance sean herramientas TIC o analógicas.
Sobre el tutor recae una gran responsabilidad y no podemos permitirnos el lujo de desdeñar todo aquello que nos pueda ayudar.
Este curso parece que las olas, las metafóricas y las de la pandemia, vienen cada vez con más fuerza. Mirémoslo como aquel que nos convertirá en los marineros más expertos. Confiemos porque domaremos, también, esta tempestad.
Autor: Abraham Gutiérrez Crespo, Asesor pedagógico de Escuelas Católicas
@abrahamprofesor
